tag:blogger.com,1999:blog-13009043864106693462024-02-20T22:56:55.510-08:00el mundo flotanteKafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.comBlogger129125tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-27631965499452948062014-11-08T21:02:00.003-08:002014-11-08T21:10:22.652-08:00Política interiorAyer leí que en uno de tantos discursos Kennedy había dicho algo más o menos así: "no se pregunten qué puede hacer su país por ustedes, pregúntense qué pueden hacer ustedes por su país"... Desconozco del todo el contexto de la cita y también desconozco las minucias concernientes a la vida de Kennedy, para acabar pronto. De hecho, la misma frase pasó a segundo plano, sin embargo, lo significativo radica en el pretexto: la cita me puso a pensar en lo hermoso que sería tener a un presidente capaz de levantar el ánimo, capaz de la palabra, del discurso que eleva el espíritu. Pensé en el emperador-padre del confucianismo. Imaginé a un presidente-poeta. En vista de que México carece de educación y de objetivos, si la voz de un visionario pudiera alzarse entre el ruido y los medios, ésta sería la vía más rápida para compartir ideales, para sumarnos a una causa común. En mi cabeza, es el discurso de un líder ilustrado el que nos pone a tono y nos iguala. De cualquier forma esto solo es un sueño. La estructura actual de poder no puede permitir algo así...<br />
Mientras las cosas cambian y a favor de que esto ocurra pronto, lo repito: hago lo que me corresponde. No exagero si digo que todos los días me comprometo a ser mejor ciudadana y a trabajar en servicio de la comunidad, de quienes me rodean. Soy sincera, con el corazón pienso en el otro, en los demás. Todos los días. La Ciudad de México es el escenario perfecto para probar que tengo ideales así que no se me olvida, no lo puedo olvidar. Como todos, unos más, otros menos, soy sensible a la vida política de mi país. <span class="text_exposed_show">Espero que mis compatriotas decidan tomar las mejores acciones al respecto.</span>Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-81038472233338386782014-10-21T20:33:00.002-07:002014-10-21T20:43:57.393-07:00Con la coquetería de PaprikaEn el andén, antes de subir a la línea 3 del metro de la Ciudad de México, observo la caminata penosa de un anciano que no sólo trae bastón, también carga con una mochila vieja que por la deformación de la tela revela el gran peso de su contenido.<br />
El anciano y yo entramos en el mismo vagón. Como era de esperarse, no hay asientos disponibles.<br />
En el lugar destinado para mujeres embarazadas, ancianos y discapacitados viene sentado un puberto distraído, ligero, sin mochila ni bolsas. El anciano se para justo frente a él, casi casi le pone el bastón entre las piernas a manera de un ruego silencioso: "Por favor, compadécete de mí".<br />
El puberto ni se inmuta. No se da cuenta. O no sospecha nada. Pequeño cretino.<br />
Me puse roja. Me molesté. Qué ganas de darle una lección de buenos modales a ese escuincle. Tal vez él no vio cuánto trabajo le costaba caminar al anciano, ¡pero es un anciano con mochila y bastón!<br />
El viejo no iba a hacer nada. El joven tampoco.<br />
Entonces, en el sucio reflejo de la puerta, la Paprika que hay en mí me guiñó el ojo. Las dos nos acercamos al puberto, una le puso la mano sobre el brazo y la otra se inclinó para mostrarle el escote. Paprika, con una gran sonrisa y voz de japonesa coqueta le habló: "Hola. Por favor, ¿podrías dejarle el asiento al señor?"<br />
El puberto se paró como resorte. El anciano lo agradeció. Yo me sonrojé. Los tres nos fuimos contentos intercambiando sonrisas. Nadie tuvo que gritar.Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-86830068441278554782014-10-19T17:04:00.001-07:002014-10-19T17:06:25.295-07:00El teatro de la ciudadLlueve. Sobre Francisco Sosa -a dos calles del centro de Coyoacán-, en una esquina de apariencia segura y frente a varias cámaras de vigilancia, un par de hombres sostienen la siguiente conversación.<br />
<br />
HOMBRE A: <i>Con una franela entre las manos, de aspecto sucio</i>. ¿No me va a dar nada por la cuidada? (Se refiere a "echarle un ojo" al coche del HOMBRE B.)<br />
<br />
HOMBRE B: A la vuelta. (Es decir, cuando regrese de pasear con su familia y pueda corroborar que su coche, efectivamente, se encuentra sano y salvo.) <br />
<br />
HOMBRE A: No, de una vez, quién sabe a qué hora vaya a regresar. (En otras palabras, ya es tarde, nada más cojo su dinero y me largo de aquí. Además está lloviendo, no es como que vaya a lavar su coche.)<br />
<br />
HOMBRE B: <i>Sumiso</i>. ¿Cuánto está bien? <br />
<br />
HOMBRE A: <i>Triunfante</i>. Treinta pesos.<br />
<br />
HOMBRE B:<i> Le da el dinero al HOMBRE A.</i> <i>Después corre para alcanzar a su familia, quien no detuvo ni un paso para esperarle.</i>Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-64088745782497707812014-05-13T14:23:00.001-07:002014-05-13T19:41:18.612-07:00De vueltaEl otro día fui a comer quesadillas fritas al mercadito de Coyoacán y de
regreso me metí al Sanborns por unos Pon Pons. Iba con Mar, andábamos
contentas y sin compromisos, al grado de caminar a la velocidad que
imaginamos caminan los eternos. Nos quedamos viendo revistas y libros. Luego me entra la curiosidad por ver en qué anda la gente que compra libros en
un Sanborns. Con las revistas es diferente, están en su punto de venta. El asunto es que vi un
libro titulado "Meditación para adictos. Los locos también pueden
alcanzar la iluminación". Es un título raro, ¿no? Además, la
portada tenía una de esas representaciones del Buda en las que parece más un
demonio. Lo tomé para leer la primer página. Comenzaba con algo así:
"Quien abandona el camino de la disciplina es como aquél que tiene un
ave en su mano y la deja ir, nunca volverá a atraparla". Es algo
impactante. O así me lo parece. Leer textos sapienciales con devoción es
algo tremendo. Desde ese día no dejo de recriminarme ser tan vaga. Tan
errante. Estos días trato de compensar un poco obligándome a la
disciplina y después, como premio, a vagar, sin importarme el orden. Finalmente, creo que es
importante soñar, tanto de día como de noche.Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-15968412482906169942013-10-25T19:24:00.002-07:002013-10-25T19:24:22.560-07:00OCTUBRE<div class="bodytype">
<div style="text-align: justify;">
Fui por ese café gratuito, el que Starbucks me ofreció vía
mail como parte de su programa “Starbucks rewards”. Hace mucho que no
consumo ahí, y cuando me veo en la “necesidad”, no uso su tarjeta (hay
que cargarle efectivo). Me llevé un libro. Lo del café gratis lo sabía
desde la semana pasada pero hoy, después de tres días de nublados y
fresco, salió el sol. El plan se tejió solo, hasta me presentó un
Starbucks cercano, frente a un parque con fuente en la Roma Norte. Quise
sentarme en las mesas exteriores, y lo hice, pero pronto me ahuyentó la
gente. A mí derecha, un hombre de saco y camisa a rayas que desagradaba
sin tener que abrir la boca. Así de clara era su impaciencia con el
exterior. Su molestia hecha celular, una cajetilla de Marlboro, el
resoplido al exhalar tabaco. A la izquierda podía escuchar la
conversación de una intrigosa. Una mujer obesa de mediana edad
envenenando los oídos de un hombre unos cuantos años más joven que ella.
No era amanerado. Bueno, su peinado sí. No alcanzaba a escuchar todo.
Este Starbucks está en una esquina (como tantos otros Starbucks). El
ruido de los coches y el tono de confidencia que utilizaba la mujer
superaban mi capacidad auditiva. Nada detestable, por cierto. “¿Te das
cuenta?” –le preguntaba al del peinado amanerado- “Es una forma muy
sutil de decir que no piensas…” (*coches, claxon*) (…) “Nada es lógico.
Nada es obvio.” En este momento hizo una pausa para comer tejas de
almendra, un paquete de galletas que compartía con su interlocutor. Este
acto llamó mi atención: es importante compartir la comida con quien se
intriga, pasársela bien de alguna forma. “Yo no creo que mañana, si le
digo que…” (*inaudible*) Mientras ella hablaba, el chico parecía no
tomarse muy en serio sus palabras. Su cara indicaba que no le creía del
todo, la veía como quien mira alguien a quien cree que exagera. Pero
cuando fue su turno de hablar, de cantar la historia desde su propios
ojos, en hacerle creer a ella que estaban en el mismo bando se empezó a
escuchar coherente. Sí, eran parte del mismo bando; cada quien con sus
motivos muy personales y que no compartían pero confrontados por el
mismo enemigo, el jefe de oficina.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En las manos tenía el libro que acaba de publicar Stefan, <em>El discreto encanto de la modernidad</em> (me parece un título muy bello para el texto que completa la portada: <em>ideologías contemporáneas y su crítica</em>).
Así es Stefan. Apenas había leído la primer frase y ya me había
atrapado, qué manera de mostrar el abismo, sin titubeos, con el primer
enunciado; cuando, una mujer me llamó: “te echo las cartas, te leo la
mano”. La miré a los ojos, y de todas formas negué de inmediato con la
cabeza. Ella no gastó ni un gesto más en mí y ofreció sus servicios al
aire, entre el tipo desagradable y una pareja que ocupaba la siguiente
mesa. Me pregunté, ¿qué clase de persona pasa ofreciendo leer la mano?
¿Cómo vive, qué come? Pensé en sus ojos claros, no los vi más de dos
segundos, pero los vi directo. Con albedrío. Eran claros, entre el olivo
y la miel. No era una mujer fea; mayor, pero delgada y de tez suave. De
inmediato sentí que aunque no tuviera el don que promete quien lee las
manos, tal vez, sí creyera tener cierta habilidad, y con eso basta para
tener una conversación medianamente valiosa. Quise alcanzarla. Me
levanté lo más rápido posible, aún así ya iba lejos, cruzando el parque.
Era rápida como un balón pateado. Un balón a medio inflar. Yo no iba a
correr. Que no se me malinterprete, no estoy hablando únicamente de
correr, sino de correr para entregar mi dinero en una transacción
ambigua y con el libro de Stefan en las manos, una conversación seguro
brillante. Ya que me había levantado pudo recordar cuál era el motivo
original, el más puro, del por qué me encontraba en el Starbucks con un
frappuchino cajeta, el libro de Stefan en las manos, escuchando
conversaciones ajenas y espiando personas: porque hoy salió el sol.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me senté en la banca en la que nadie había, precisamente porque el
sol daba de lleno. Eran las 3:30 pm. Una camiseta de algodón de manga
corta no me protegía del viento fresco ni de la humedad en la sombra de
los árboles (el clima en días pasados, las lluvias y el fresco no se
olvidan con medio día de sol), tenía las manos frías y la piel de los
brazos erizada. Muy pronto vino el alivio. ¡Cuánto me gusta sentir los
rayos del sol en la piel! Y si además la piel está fría, es como un baño
tibio al aire libre. Mi primer recuerdo es así: vivíamos en Aguazul -un
pequeño poblado delante de Apaseo el Alto-, al centro de la casa había
un jardín con el tamaño suficiente para albergar unos tres árboles de
aguacate, seis o siete de níspero, un perímetro de rosales y una
sombrilla. Mi mamá ponía una tina de plástico rosa con agua tibia y me
bañaba ahí, en el pastito. Hace poco, conversando con ella, le dije que
recordaba cuando me bañaba en el jardín de la casa de Aguazul. Lo que
veo es un cielo muy azul con nubes blancas (de las esponjositas), la
tina rosa chicle y a “Topo”, el perrillo gruñón que años después me
mordió la mano. Mi mamá se sorprendió: “Esa era tu tina de bebé, no
tendrías ni dos años.” Entonces lo entendí. Lo que enferma mi piel es no
tener suficiente sol. El año pasado, en lo que considero un momento
estresante en mi vida, tuve un brote de soriasis. Era una pequeña mancha
en el abdomen, no mayor a una moneda de diez centavos, y otra, de un
peso, en el costado. Me dijeron que no había cura; más bien, que la
medicina no era efectiva en estos casos. Lo mejor era tratar de
relajarse y probar con algún homeópata. Eventualmente se me quitó.
Desapareció con el tiempo, pero le llevó meses. Me preocupaba que no
sanara, que pudiera ser una mala señal de mi estado de ánimo. Llegué a
soñar que todo el cuerpo se me llenaba de soriasis. Pero un día, como la
llegada de la primavera, desapareció. Por eso digo que lo entendí.
Ahora todo cuadra. Hace una semana tuve otro ataque en la piel, unas
ronchitas casi invisibles en los brazos pero que me daban comezón. La
temporada de lluvias me dejó débil. Me gusta la lluvia. Pero tanta
lluvia marchita mi carácter alegre, mi carácter que camina y se echa a
dormir y a leer en el pasto. En general, pienso que el clima de la
Ciudad de México nos mantiene sanos. Es variado. El año pasado, cuando
me enfermé de la piel, fue en estas mismas fechas. Y en noviembre, en
Japón, tuve tregua porque aunque allá hacía mucho frío, me mantuve
activa y cada que pude me senté a tomar el sol y ver el paisaje. Lástima
que no pude seguir tomando el sol cuando volví a México.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El sol es mi padre.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es bueno ser hijo de madres no tan jóvenes al momento de parir.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Finalmente, de regreso a casa tuve un descubrimiento más. Cuando uno
está asombrado, se olvida de respirar. Por eso el olfato se guarda como
un sentido para la vejez, que no se deteriora o que se fortalece cuando
la vista y el oído han fallado. Mi caminata fue muy veloz, mientras leía
en la banca y tomaba todo el sol que podía (ahora sé que así me
terminaré de curar por completo), una mujer me vendió una planta (mi
primer planta en la vida, se llama “De Sol y De Sombra”), al tener que
cargar con ella, lo mejor era caminar rápido, era incómoda de llevar y
algo pesada. Recordé el yoga: “respira profundo, desde el ombligo”.
Respirar profundo trae a nuestra mente los pensamientos del olfato,
integra el mundo de los olores a la percepción. Evitar respirar profundo
es una forma de cerrarse a la vida. Hoy, desde hace rato, haré
consciencia una y otra vez de abrir bien la nariz, de enfocarla con
valor.</div>
</div>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-80295828624753179822013-10-04T23:04:00.004-07:002013-10-04T23:13:53.770-07:00La importancia del sueño lúcido¿De qué sirve darse cuenta que uno sueña cuando sueña? Por qué hay
quienes persiguen el sueño lúcido y todavía quieren henchirle de
inmensidad, darle de comer un mundo.<br />
<br />
Sueño lúcido, concepto ambiguo. ¿Qué podría querer decir la palabra
lucidez dentro de un sueño? Que debemos actuar a favor de nuestros
intereses o, mucho menos ambicioso, tener en claro que sabemos que
soñamos mientras soñamos.<br />
<br />
Es una locura.<br />
<br />
Como lo es pretender que hay lucidez en la vigilia. Porque ni podemos
ni hacemos lo que queremos. Y en cuanto a saber que estamos despiertos
mientras estamos despiertos… ¿Cómo? ¿De qué estamos despiertos?<br />
<br />
Yo tuve un sueño lúcido una vez, mientras estaba enamorada. Y en
cuanto fui consciente de estar soñando, quise hacer el amor. No me lo
podía pensar dos veces, me convertí en deseo sin siquiera darme cuenta
de que sucedía (de pronto ya era deseo desde hacía una eternidad).
Prestísima puse manos de sueño a la obra: tomé un autobús que iba para
su casa y desperté a medio camino.<br />
<br />
Tonta.<br />
<br />
¿Por qué no me aparecí de la nada en tu habitación, como lo haría una diosa?Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-13514665800549405252013-08-04T11:13:00.001-07:002013-08-04T11:13:10.969-07:00Diario de sueños, 4 de agosto<div class="bodytype">
No me voy a forzar, al despertar sabía claramente qué estaba
soñando pero, inmediatamente me hablaron por teléfono y mientras más
duraba la llamada, más y más fui olvidando. No me voy a forzar, podría
decir que estaba en una cabina de avión sólo que, eso no era una cabina
de avión; era un espacio estrecho y delicado que, ya despierta, no puedo
recuperar correctamente.<br />
<br />
Como en los sueños los objetos y los símbolos desbordan en sentidos
que superan a los de la vigilia, supongo que por eso opera un olvido tan
inmediato. O reconoces el sentimiento y el significado al despertar, o
el sueño se esfuma por incompatibilidad con la lógica de la vigilia.<br />
</div>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-68135099570975450382013-06-18T20:33:00.004-07:002013-07-09T13:09:13.913-07:00Bitácora del Capitán 18:06:13<div style="text-align: justify;">
Hoy conocí a alguien con Tourette. Era una mujer
grande en ambos sentidos que caminaba con quien -pobre-, adivino es su
madre. Venían tranquilas, traían un pequeño radio que aparentemente
mantenía de buen humor a la mujer en cuestión. Tarareaba chingaderas
"qué te pasa, estúpida, ¡ya! puta estúpida" con una voz bajita,
desentonada y pues sí, parecía involuntario. Aunque todo esto es una
gran conjetura. </div>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-26230237276211894522013-06-10T17:18:00.000-07:002013-06-11T13:18:20.949-07:00Domingo Irreal<div style="text-align: right;">
<br />
<i> Trato de llevar un diario normal, pero los sueños se me desbordan. </i><br />
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span>Hace unas horas vi un edificio con el que ya había
soñado años atrás. Sucedió en Santa María la Ribera. No sé en qué calle.
Es decir, no sé el nombre de la calle; sí sé de qué cuadra se trata. Mi
memoria no funciona bien con los nombres. Sirve mejor para reproducir
mapas. Siempre me ha sido más sencillo recordar un trayecto imaginario
que retener el nombre de las calles. Es como si en mi cabeza no hubiera
papel y lápiz para escribir pero me dejaron una cámara fotográfica en su
lugar. No es muy buena. Como cualquier otra cámara, produce imágenes
limitadas. Las fotografías a veces son algo borrosas. Otras no están
bien dirigidas o son un accidente en el que solo puedes ver el azul del
cielo, la grieta en una pared con medio árbol detrás, el flashazo
guardado dentro de un bolso de mujer. Como nunca había estado en la
zona, mi paso era lento. Mi ritmo era el del transeúnte que pretende el
detalle en los ventanales de los segundos pisos y a la vez, está
pendiente de su condición de extraño en territorio nuevo. Sin
referencias. Estaba por terminar el trayecto que llamo “la escalera con
gancho” (ese dar vuelta a la derecha, luego a la izquierda, a la derecha
y, finalmente, otra vez a la derecha) cuando, detrás de la esquina
-como si hubiera estado ahí agazapado, esperándome- surgió el edificio
con el que ya había soñado años atrás. No se encontraba quieto, como
podría esperarse de un edificio. No. Se moría de la risa. Las ramas de
los árboles le hacían cosquillas y la sombra de las nubes le obligaba a
guiñar los ventanales. Me quedé atónita. Sin poder respirar. En mi mente
pregunté “¿qué haces tú aquí?” Y después, “¿o eres un <span>déjà vu?”
No me dejé amedrentar en exceso, no era para tanto. Como acostumbro leer
durante los trayectos de la ciudad, a veces recubro algunos sitios con
metáforas que le pertenecen más a los libros que a la geografía urbana
(estoy habituada a que algunas imágenes cobren vida). El edificio con el
que ya había soñado años atrás se puso serio y me miró con un gesto más
imponente. Era todo un cara dura de ladrillo naranja y escaleras de
emergencia azul industrial. Finalmente le dije “¡pero qué problemático!,
¿de dónde has salido?” Y se volvió a reír. El viento se nos unió:
desgarró la pausa con un aire suavecito y ondulado. El semáforo cambió
de color. Y yo, de pronto, ya había llegado a la casa de Sheba, a su
sala; una taza navideña llena de café en las manos.</span></span><br />
<br />
</div>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-3750814575384189862013-06-10T00:00:00.002-07:002013-06-10T00:00:41.669-07:00El corazón es un conjunto de pequeños infinitos
<style>
<!--
/* Font Definitions */
@font-face
{font-family:"MS 明朝";
mso-font-charset:78;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:1 134676480 16 0 131072 0;}
@font-face
{font-family:"Cambria Math";
panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4;
mso-font-charset:0;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:-536870145 1107305727 0 0 415 0;}
@font-face
{font-family:Cambria;
panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4;
mso-font-charset:0;
mso-generic-font-family:auto;
mso-font-pitch:variable;
mso-font-signature:-536870145 1073743103 0 0 415 0;}
/* Style Definitions */
p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal
{mso-style-unhide:no;
mso-style-qformat:yes;
mso-style-parent:"";
margin:0cm;
margin-bottom:.0001pt;
mso-pagination:widow-orphan;
font-size:12.0pt;
font-family:Cambria;
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"MS 明朝";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
mso-bidi-theme-font:minor-bidi;}
.MsoChpDefault
{mso-style-type:export-only;
mso-default-props:yes;
font-family:Cambria;
mso-ascii-font-family:Cambria;
mso-ascii-theme-font:minor-latin;
mso-fareast-font-family:"MS 明朝";
mso-fareast-theme-font:minor-fareast;
mso-hansi-font-family:Cambria;
mso-hansi-theme-font:minor-latin;
mso-bidi-font-family:"Times New Roman";
mso-bidi-theme-font:minor-bidi;}
@page WordSection1
{size:612.0pt 792.0pt;
margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm;
mso-header-margin:36.0pt;
mso-footer-margin:36.0pt;
mso-paper-source:0;}
div.WordSection1
{page:WordSection1;}
-->
</style>
<br />
<div class="MsoNormal">
La arena, las estrellas, las hojas de los árboles, el
oleaje, todos son pequeños infinitos. </div>
<div class="MsoNormal">
Incontables. Continuidades numéricas que superan la vida. Aunque,
también en las personas hay pequeños infinitos. Frente al mar -con toda esa
inmensidad y el oleaje incansable- uno se puede preguntar: ¿cuál es el intervalo
entre una ola y otra? ¿no crees que se parece al latido de tu corazón? ¿del
mío? </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Más de cien mil latidos por día son nuestro pequeño
infinito, un oleaje con sus propias mareas y tormentas, con su calma y su
tiempo irrefrenable aún más rápido que el viento jugueteando con el mar. Cien
mil latidos por día ¿y no me regalas ni uno? El corazón es una bomba. Un reloj.
Un tambor. Una lámpara. Un acto espontáneo como la percepción del peligro. Es
la luz que hay en tu habitación. Es un cauce de impulsos eléctricos. Es todo,
porque, aquí entre nos: el corazón es un conjunto de pequeños infinitos. </div>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-38217209616643437472013-06-09T23:31:00.001-07:002013-06-09T23:31:20.603-07:00Flashback, cortadaObjetos que te devuelven a la infancia temerosa: un cuchillo muy
bien afilado, las máquinas de escribir, cosas frágiles que le pertenecen a
otros.Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-69906254776272434902013-05-28T02:06:00.000-07:002013-05-28T09:54:09.427-07:00"The Better Half" Mad Men, Episodio 9, Temporada 6<div align="right" class="MsoNoSpacing" style="text-align: right;">
<span class="st"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">—</span></i></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 10.0pt;">Do you feel guilty? </span></i></div>
<div align="right" class="MsoNoSpacing" style="text-align: right;">
<span class="st"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 10.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">—No.</span></i></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 10.0pt;"> This happened a long time ago.</span></i></div>
<div align="right" class="MsoNoSpacing" style="text-align: right;">
<br /></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
¿Quién te conoce mejor? ¿Quién está más cerca de ti, de tu corazón? No
es tu pareja (no puede serlo); no es alguien de la familia (a quien
constantemente proteges de ti mismo) y; no se trata de un amigo (¡ah!
los amigos). La vida es terrible. Un contrasentido tras otro, ¿qué más
se puede esperar sino una paradoja? La persona que mejor te conoce, la
que está más cerca de ti, suele ser la misma que ya no te soporta.
Alguien que alguna vez te quiso pero, con el tiempo, tuvo que dejar de
hacerlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nosotros mismos hemos sido esa persona. Alguna vez, todos hemos amado
a alguien que nos dejó. Y le odiamos por eso. Después, si con el tiempo
le consentimos el perdón (que es más olvido que otra cosa), cierta
normalidad regresa. Las cosas no son como eran antes del amor pero, son
como son después del amor. Es decir, por lo menos no son presente.
Habemos quienes, incluso, tratamos con los nuevos amantes de nuestro
antiguo amante y llegamos al extremo de conocerles a través de él. Como
una imagen que se observa a través de un espejo. No se trata de lo que
el antiguo amante nos dice acerca de sus parejas nuevas, no. Se trata de
poder ver a los nuevos interpretar un papel que ya tuvimos nosotros.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Después de Don, a Betty le cuesta volver a ser ella. Se le veía
amarga, fuera de forma. El resentimiento para con él y Megan era
notable. Pero eso se acabó. En <i>The Better Half</i>, Betty por fin
está en otro lugar y puede mirar de lejos. La frase que le suelta a Don
(en la cama, después de un reencuentro que a los espectadores nos sabe
demasiado bien por lo que hay de conocido y añejo; de recuerdo que se
materializa) es escalofriante:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="st">—</span><i>That poor girl</i><span class="st">. </span><i>She doesn’t know</i><span class="st"><i> that</i></span><span class="st"> </span><i>loving you is the worst</i><span class="st"> <i>way</i> <i>to get to </i></span><i>you</i><span class="st">.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Solo Betty, quien amó y odió a Don puede conocerle así (¡a través de Megan y de sí misma!).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
Las personas somos un lugar. Con nuestras planicies y nuestros
riscos, con su día y su noche. Estamos hechos de caminos inevitables.
Caminos bien conocidos por quienes nos rodean, obligados a pasar tantas
veces por allí.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Betty aprendió cómo es Don y ahora puede manejarlo de la mejor
manera. Por ejemplo, no le dice a Bobby que su padre lo llevará de
campamento (para qué provocar los desencantos, los plantones); mejor
guarda silencio y, si de milagro aparece Don, puede embellecer aún más
el momento (que de hecho es lo que hace). Cuando Bobby le cuestiona a
Betty por qué no le dijo que su papá vendría, ella responde con una
sonrisa magnífica: “porque quería que fuera una sorpresa”. Y en verdad
lo es.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
The Better Half son aquellos amantes que ya no son nuestros amantes
(Campbell y Roger lo saben). Se trata de aquellos que nos conocen lo
suficiente como para no querer quedarse ni una vez más.</div>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-12697995120688005682013-05-08T13:36:00.002-07:002013-05-08T18:30:43.834-07:00EucaliptoEmpecé la recolección de especies vegetales de la que te había hablado.
Como la casa de Alejandra está rodeada de enormes eucaliptos, no fue
difícil proveerme -sin mayor esfuerzo- de mi primer especímen. Además
son árboles que conozco muy bien desde la infancia. Les tengo afecto.
Checa ésto:<br /><br />Provienen de Australia y son de rápido crecimiento
así que se utilizan para reforestar y para explotación por parte de la
industria papelera.<br /><br />Nunca he visto su fruto. Según la wikipedia
se trata de una cápsula de color casi negro con una tapa gris azulada
que contiene una gran cantidad de semillas (voy a buscarlo).<br /><br />Ahora
piensa en esto: su aspecto es seco, llegan a medir más de 60 metros de
altura (se habla de ejemplares ya desaparecidos que han alcanzado los
150 metros) y son muy delgados, por tanto, son de fácil combustión. En
bosques densos de eucaliptos las llamas de un incendio pueden alcanzar
más de 300 metros de altura.<br /><br />Tú eres como un eucalipto.Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-6008165914487762492013-05-06T16:01:00.004-07:002013-05-06T17:23:19.567-07:00Feliz Cumpleaños Freud<h5 class="uiStreamMessage userContentWrapper" data-ft="{"type":1,"tn":"K"}">
<span style="font-size: small; font-weight: normal;"><span class="messageBody" data-ft="{"type":3}"><span class="userContent">Ese
momento del día en que Sigmund Freud te hace sentir especial porque
puedes imaginarlo divertido e interesado mientras le cuentas tus sueños.</span></span></span></h5>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-39642772398876985202013-05-01T16:59:00.000-07:002013-05-01T17:00:47.228-07:00PolvoExiste un tipo de desorden que dista mucho de asemejarse al
desorden producto de la pereza o la suciedad. Éste se puede encontrar en
la habitación de ciertas jóvenes féminas. Dichas jóvenes féminas despiertan una mañana nublada y cuando miran el
reloj no lo reconocen, les parece un objeto distante al compás de algo
que no tiene ningún sentido. Ese día no hacen la cama. Sumidas en la
monstruosidad de los hechos matutinos, en la bruma que provoca el vapor
del baño; se irán sin recoger el kleenex que lanzaron y no atinó a
entrar en el cesto de la basura -además de una considerable cantidad de ropa sobre el sillón-.
<br />
<br />Así por meses.
<br />
<br />Sin ser religiosas, las cruces y virgencitas que les regalaron en su
primera comunión estarán desperdigadas por toda la habitación. Los
zapatos, libros, fotos, collares en la alfombra: orden en el desorden. Libros con flores
secas, maquillaje hecho trozos. Vasos de agua vieja.<br />
<br />
Son las que, llegada la noche, se ponen un camisón suave que les regale algunas caricias anónimas a sus pequeños senos.
Leen a Leonora Carrington y se rodean de criaturas despiadadas que solo a
ellas sonríen mientras les chorrea sangre de los dientes. Los grillos
vibran furiosamente a su alrededor y eso las inquieta.<br />
<br />Por último, pasado un año, una fina capa de polvo va a convertirse
en su único sentido de la orientación: identificaran fácilmente las
ausencias o movimientos de las cosas porque éstas habrán dejado su
sello, su marca de polvito en la superficie que las sostenía.<br />
<br />
¿Conoces a alguien así? Es melancólica pero no la desprecies, que
el resto, las mujeres ordenadas, son eso precisamente: mujeres
ordenadas. Polvo bajo la cama.
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-79642376230321881732013-04-22T00:09:00.001-07:002013-04-22T00:09:38.482-07:00Leer es como traducir"Traduttore-traditore". Traducir es traicionar, pues se pierden los sonidos secundarios, concomitantes y no expresados de las lenguas. Además, entre elegir ser fieles a la palabra, la forma o el sentido, también hay un desajuste en el texto. En fin, siempre se extravía el estilo del original.<br />
<br />
Por ejemplo, en la poesía, siempre hay un término medio entre traducir e imitar.<br />
<br />
Así, el verdadero objetivo de la traducción debería ser la superación de la distancia. La distancia temporal que hay entre las lenguas; la del autor con el traductor; la de éstos dos últimos con el lector mismo... ¡para que no todo sea una pérdida! porque el arte puede salvar todas las distancias, aunque lo intraducible esté latente.<br />
<br />
Entonces, parece posible ganar algo, ya sea en la interpretación, ya en el hecho de dar a conocer a otros el texto en cuestión. También, cuando lo traducido no se trata de otra cosa más que del conocimiento por sí mismo (como en los textos especializados que deben transmitir información puntual y, que ante todo, requieren de una comprensión correcta). Y, en el caso de las grandes traducciones literarias, hay una posibilidad de que el lector ni siquiera note las diferencias (el concepto de literatura universal es inseparable de las traducciones, de hecho, es simultáneo a la extensión de la novela).<br />
<br />
La literatura requiere de la traducción. En niveles diferentes, leer y traducir son una misma operación hermenéutica: la interpretación.Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-16162724517341519722013-04-09T20:13:00.001-07:002013-04-22T00:16:31.482-07:00CumpleañosVíctor faltó a clases, es el único hombre en nuestro pequeño grupo. Así pues, hoy sólo éramos cuatro mujeres y la sensei. Hablamos sobre las manifestaciones artísticas en Japón después de la Segunda Guerra Mundial: Mishima, Kôbô Abe y Kenzaburo Oe. Como el fin de semana fue cumpleaños de la sensei, Myriam llevó té negro y fresas con chocolate al salón. Estudiantes y profesora, fruta dulce de por medio, la guerra y el arte. El atardecer. Kôbô Abe: "Cuando uno empieza a sentir que la paciencia es la derrota, está en el comienzo de la derrota". Después, la sensei -que es contemporánea de estos hombres- nos regaló con una anécdota personal. Trata de cuando se hicieron públicos los primeros relatos de gente enferma por radiación. Recordó un video en el que una mujer apenas se tocaba la cabeza y un mechón de cabellos se desprendía con terrible facilidad. Dijo que la impresión que ese video le causó fue tan grave que cada mañana, frente al espejo,
tiraba de su propio cabello para comprobar que se quedaba ahí.Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-73264014260878085282013-03-30T22:44:00.000-07:002013-04-22T12:40:02.993-07:00En la orilla donde acaba La ciudad y la noche son un sueño en el que los ventanales de los
edificios reflejan los faros en lugar de las estrellas. Las
bocanadas de tabaco son como el fantasma de un cachalote que surca las aguas negras de este cielo citadino. Lo bello brota fácil porque se colora ante la
muerte y las sombras. Me gusta más así, que nada tenga que ver con el pasto y
las flores, ni con la supervivencia.<br />
<br />
Música, y que el auto no pare de avanzar, manejado por quién sabe quién.Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-86325088595760451552013-03-28T22:42:00.001-07:002013-04-08T20:02:44.509-07:00Transición del besoM. inclinó su rostro hacia el de K. Lentamente. Desde que pudo
percibir la temperatura de sus labios hasta que sintió el roce de su
piel, la respiración acompasada y profunda de ambos se entrelazó en tres
ocasiones. No hizo más, no podía. Sólo descansó su boca en la boca de
él por un largo tiempo. Así fue como M. besó a K. Llena de un profundo
placer. Quietecita.<br />
<br />
Después K. besó a M.<br />
<br />
Lo hizo de tantas formas. Formas nuevas, desconocidas e irrepetibles.
Nuevas. Una primera ronda seguida de otra más larga aún, seguida de
otra bien ordenada, de otra bien probada en la que cabía una serie más,
cada una diferente de la anterior. Como una niña sorprendida por la
abundancia que emanaba de sus besos -su lengua, la fuerza, la ausencia
de ésta, el ritmo, la inclinación de su rostro, la humedad- abrió los
ojos. Los labios también, la sonrisa. Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-67500406248175856282013-03-24T14:30:00.001-07:002013-03-24T14:30:20.143-07:00Empatía al cubo (transferencia electrónica) <div class="post_content clearfix" id="post_content_46148945757">
<div class="post_text_wrapper">
<div class="post_title">
Es terrible que la capacidad de manipular efectivamente a las
personas requiera de una inteligencia excepcional para hacerlo. Que
peligroso. Me siento confundida. Hay personas que son un abismo. Ambiguas,
calladas, mentirosas, fáciles de querer, de compadecer, de perdonar.
Personas que explotan lo mejor de ti.</div>
¿Entendiste?<br />
Explotan lo mejor de ti.<br />
</div>
</div>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-63590179176290095642013-03-23T13:43:00.002-07:002013-03-23T13:43:58.012-07:00Apunte en el diario<div class="post_content clearfix" id="post_content_37945498281">
<div class="post_text_wrapper">
El viernes pasado subí a la Sky Tree, en Tokyo; en 2011 era la
torre más alta del mundo. Estuve en el piso 350 (se puede subir hasta el
450 pero es más caro). A esa altura es posible ver la curvatura del
planeta… Imagínate. <br />
En contraste, ayer visité la Torre Tokyo, símbolo urbano durante
mucho tiempo (es donde se reúnen las Sailor Moon ¿te acuerdas?). Fue muy
melancólico. Llegué de noche, hacía frío y el cielo parecía albergar
una tormenta. Me sentía cansada, las 12 horas previas caminé y caminé
por Harajuku… Al emerger del subterráneo, si, lo primero que vi fue la
torre. Estaba ahí, si. Pero era tan pequeña. Y desolada en comparación.
Su iluminación eran unos cuantos focos rojos con violeta; mientras la
SkyTree está bañada en luz blanca y azul galáctico. Apenas pude tomar
dos o tres fotos… pretendía tomar una más cuando en la pantalla de la
cámara vi como se oscureció la base de la torre. Cada minuto la
oscuridad avanzó más y más, la parte media, el mirador, la parte
superior y, finalmente, la punta de la estructura. <br />
Quedó el vacío, la noche entera y a la vez no.<br />
El invierno ya casi llega. De Japón siempre te dirán que sus
estaciones son muy notorias, muy características. Al llegar aquí vi el
momiji (las hojas amarillas y rojas flotando al viento, entregadas al
otoño que fenece) y ahora, los árboles están desnudos, como si de
troncos muertos se tratase. ¿O es que entraron en coma? Me parece de lo
más normal que uno tema que jamás vayan a despertar otra vez. Ha de ser
increíble verlos revivir a través de las flores del sakura.<br />
Debajo de una enramada altísima, misteriosa e invernal, pude ver la
Torre Tokyo disminuida por la vida de la ciudad y sus recuerdos, las
nubes cargadas de nieve flotaban detrás, por encima, por debajo de la
piel… y, para no perder la costumbre, quise morir aquí. Ahora. En el
bello Japón. <br />
</div>
</div>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-53257062797735818702013-03-23T13:37:00.001-07:002013-03-23T13:37:35.817-07:00Sobre compartir la cama <div class="post_content clearfix" id="post_content_42679775827">
<div class="post_text_wrapper">
<div class="post_title">
Era un calor que te pertenecía, que no me imponías, que me tocaba sin invadirme.</div>
</div>
</div>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-26757431551255289352013-03-15T13:21:00.003-07:002013-03-15T14:55:46.480-07:00Bajo perfil<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px;">A tu lado me veo obligada a querer más hacia dentro que hacia fuera, lo cual tal vez signifique sólo una cosa: he tenido que aprender a querer por encima de los demás.</span>Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-38722764151315995452013-03-13T12:53:00.002-07:002013-03-13T12:58:19.147-07:00¿Hago mal en interpretar esto como halagos de tu parte?A mí si me gustan las caricias que me haces con tu conversación. Cuando te confesé que no había leído a Juan José Arreola porque tuve un maestro que se llamaba igual, que no me caí muy bien, me dijiste con mucha amabilidad: “esas son las verdaderas razones, las que nos mueven”.<br />
<div style="color: #444444; font-family: 'Helvetica Neue', HelveticaNeue, Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19px; margin-bottom: 10px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 10px; outline-color: initial; outline-style: none; outline-width: 0px;">
Lo dijiste con un tono tan dulce. Tanto que, a pesar de haberme sentido avergonzada, te creí. Así fue como, en un intento de compensación rápida te respondí: “Arreola me está gustando mucho, tal vez, ahora, hasta comience a pensar con cariño en aquel profesor, su homónimo.”</div>
<div style="color: #444444; font-family: 'Helvetica Neue', HelveticaNeue, Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19px; margin-bottom: 10px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 10px; outline-color: initial; outline-style: none; outline-width: 0px;">
Y tú no quitaste el dedo del renglón: “Es probable. Entre los grandes cineastas es bien sabido que el orden de la narración es el que da la pauta para el gusto o el disgusto. De haber conocido primero a Arreola, el escritor, tal vez hubieras sentido mayor simpatía por el profesor.</div>
<div style="color: #444444; font-family: 'Helvetica Neue', HelveticaNeue, Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19px; margin-bottom: -5px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 10px; outline-color: initial; outline-style: none; outline-width: 0px;">
Anda, sígueme platicando: ¿Hago mal en interpretar esto como halagos de tu parte?</div>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1300904386410669346.post-67509418201967671252013-01-07T18:14:00.000-08:002013-01-07T18:24:16.912-08:00Pretextos para el caos<div class="text">
Tardé casi una hora en darme cuenta que me había perdido, otra más en asimilar que el grupo me había
abandonado… Tres horas de caminata inconsciente, feliz como perra
extraviada… Y una hora más en lograr volver al hotel.<br />
<br />
Seis horas a cambio de 60 segundos; porque no pudo haber durado más
de un minuto: cuando entré a esa habitación irrepetible del Glover
Garden y empezó a sonar Madam Butterfly, ¡con lo que me gusta! El llanto
me hizo correr a esconderme… y el resto ya te lo dije, no me pude
encontrar en lo que quedó del día.<br />
<br />
Nagasaki, 30 de noviembre.</div>
Kafkahttp://www.blogger.com/profile/07318676847899557396noreply@blogger.com1