martes, 30 de junio de 2009
Aun andan los caballos cerca de la casa
Creo que ha sido la falta de motivos, lo innecesario de quitar el polvo de las sillas y alejar a los alacranes de la habitación lo que me empujó a regresar. Hace tres días, para llegar hasta aquí, tuve una larga caminata con el campo a un lado, más bien encima. Me hizo recordar que ahora me da miedo todo. Empecé a preocuparme por el lodo, la hierba y los insectos en mi ropa. Absorta en estos delicados pensamientos fue que no me permití saber con claridad en qué momento el lodo, la hierba y los insectos tomaron la forma de mi infancia, y así de pronto me llené de alegría, pero no por eso deja de ser extraño e infrecuente estar aquí.
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1 comentario:
Qué delicioso es leerte!
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