martes, 4 de enero de 2011

Año nuevo

Me imprimí un calendario con la imagen de un gato de caricatura, todo gordo, todo sorprendido, tiene una carita de tonta duda y dolor porque su colita está metida en agua; no la saca, no hace nada, solo contempla a quien le mira -con las orejitas echadas atrás-. Bellísimo. Me gusta mucho, probablemente porque su torpe actitud me recuerda a mí (y ahora escribiendo sobre calendarios de gatos me recuerdo a una anciana, pero no importa). El punto es, que el dibujo es genial, atrapa la esencia de la caricatura que deseo dejar de ser: un gato flojo y pasivo, congelado en situaciones de risible queja. Quiero escribir, estudiar y que se me pongan duras las nalgas; objetivos que es fácil sistematizar en mi nuevo calendario porque la actitud ya la traigo, me la regalé desde el día primero. Además, en una mezcla de lecturas e hyperlinks, me apoya mi gurú personal, Yukio Mishima.

Ok, esto viene a cuenta porque tengo buenos deseos, para todos. Que este año, de verdad, sea feliz. Yo obtendré lo que quiero. A ustedes les dejo toda la suerte.

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