martes, 28 de mayo de 2013

"The Better Half" Mad Men, Episodio 9, Temporada 6

Do you feel guilty?  
—No. This happened a long time ago.


¿Quién te conoce mejor? ¿Quién está más cerca de ti, de tu corazón? No es tu pareja (no puede serlo); no es alguien de la familia (a quien constantemente proteges de ti mismo) y; no se trata de un amigo (¡ah! los amigos). La vida es terrible. Un contrasentido tras otro, ¿qué más se puede esperar sino una paradoja? La persona que mejor te conoce, la que está más cerca de ti, suele ser la misma que ya no te soporta. Alguien que alguna vez te quiso pero, con el tiempo, tuvo que dejar de hacerlo.

Nosotros mismos hemos sido esa persona. Alguna vez, todos hemos amado a alguien que nos dejó. Y le odiamos por eso. Después, si con el tiempo le consentimos el perdón (que es más olvido que otra cosa), cierta normalidad regresa. Las cosas no son como eran antes del amor pero, son como son después del amor. Es decir, por lo menos no son presente. Habemos quienes, incluso, tratamos con los nuevos amantes de nuestro antiguo amante y llegamos al extremo de conocerles a través de él. Como una imagen que se observa a través de un espejo. No se trata de lo que el antiguo amante nos dice acerca de sus parejas nuevas, no. Se trata de poder ver a los nuevos interpretar un papel que ya tuvimos nosotros.

Después de Don, a Betty le cuesta volver a ser ella. Se le veía amarga, fuera de forma. El resentimiento para con él y Megan era notable. Pero eso se acabó. En The Better Half, Betty por fin está en otro lugar y puede mirar de lejos. La frase que le suelta a Don (en la cama, después de un reencuentro que a los espectadores nos sabe demasiado bien por lo que hay de conocido y añejo; de recuerdo que se materializa) es escalofriante:

That poor girl. She doesn’t know that loving you is the worst way to get to you.

Solo Betty, quien amó y odió a Don puede conocerle así (¡a través de Megan y de sí misma!).

Las personas somos un lugar. Con nuestras planicies y nuestros riscos, con su día y su noche. Estamos hechos de caminos inevitables. Caminos bien conocidos por quienes nos rodean, obligados a pasar tantas veces por allí.

Betty aprendió cómo es Don y ahora puede manejarlo de la mejor manera. Por ejemplo, no le dice a Bobby que su padre lo llevará de campamento (para qué provocar los desencantos, los plantones); mejor guarda silencio y, si de milagro aparece Don, puede embellecer aún más el momento (que de hecho es lo que hace). Cuando Bobby le cuestiona a Betty por qué no le dijo que su papá vendría, ella responde con una sonrisa magnífica: “porque quería que fuera una sorpresa”. Y en verdad lo es.

The Better Half son aquellos amantes que ya no son nuestros amantes (Campbell y Roger lo saben). Se trata de aquellos que nos conocen lo suficiente como para no querer quedarse ni una vez más.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Eucalipto

Empecé la recolección de especies vegetales de la que te había hablado. Como la casa de Alejandra está rodeada de enormes eucaliptos, no fue difícil proveerme -sin mayor esfuerzo- de mi primer especímen. Además son árboles que conozco muy bien desde la infancia. Les tengo afecto. Checa ésto:

Provienen de Australia y son de rápido crecimiento así que se utilizan para reforestar y para explotación por parte de la industria papelera.

Nunca he visto su fruto. Según la wikipedia se trata de una cápsula de color casi negro con una tapa gris azulada que contiene una gran cantidad de semillas (voy a buscarlo).

Ahora piensa en esto: su aspecto es seco, llegan a medir más de 60 metros de altura (se habla de ejemplares ya desaparecidos que han alcanzado los 150 metros) y son muy delgados, por tanto, son de fácil combustión. En bosques densos de eucaliptos las llamas de un incendio pueden alcanzar más de 300 metros de altura.

Tú eres como un eucalipto.

lunes, 6 de mayo de 2013

Feliz Cumpleaños Freud

Ese momento del día en que Sigmund Freud te hace sentir especial porque puedes imaginarlo divertido e interesado mientras le cuentas tus sueños.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Polvo

Existe un tipo de desorden que dista mucho de asemejarse al desorden producto de la pereza o la suciedad. Éste se puede encontrar en la habitación de ciertas jóvenes féminas. Dichas jóvenes féminas despiertan una mañana nublada y cuando miran el reloj no lo reconocen, les parece un objeto distante al compás de algo que no tiene ningún sentido. Ese día no hacen la cama. Sumidas en la monstruosidad de los hechos matutinos, en la bruma que provoca el vapor del baño; se irán sin recoger el kleenex que lanzaron y no atinó a entrar en el cesto de la basura -además de una considerable cantidad de ropa sobre el sillón-.

Así por meses.

Sin ser religiosas, las cruces y virgencitas que les regalaron en su primera comunión estarán desperdigadas por toda la habitación. Los zapatos, libros, fotos, collares en la alfombra: orden en el desorden. Libros con flores secas, maquillaje hecho trozos. Vasos de agua vieja.

Son las que, llegada la noche, se ponen un camisón suave que les regale algunas caricias anónimas a sus pequeños senos. Leen a Leonora Carrington y se rodean de criaturas despiadadas que solo a ellas sonríen mientras les chorrea sangre de los dientes. Los grillos vibran furiosamente a su alrededor y eso las inquieta.

Por último, pasado un año, una fina capa de polvo va a convertirse en su único sentido de la orientación: identificaran fácilmente las ausencias o movimientos de las cosas porque éstas habrán dejado su sello, su marca de polvito en la superficie que las sostenía.

¿Conoces a alguien así? Es melancólica pero no la desprecies, que el resto, las mujeres ordenadas, son eso precisamente: mujeres ordenadas. Polvo bajo la cama.